La endodoncia es un tratamiento de conductos que se encarga de extirpar la pulpa de un diente que ha sido afectado por caries profundas, golpes o fracturas.
Es necesario realizar una endodoncia cuando las bacterias han infectado el nervio llamado pulpa, ubicado en el interior del diente; la cual se compone de vasos sanguíneos que responden a estímulos, provocando inflamación e incluso dolor.
Si no se realiza la endodoncia, el paciente muy seguramente tendrá pérdida ósea; en consecuencia deberá recurrir a tratamientos que le devuelvan la funcionalidad y estética a su mordida, como el de los implantes dentales.
La endodoncia es una rama de la odontología que se enfoca en el tratamiento de los problemas relacionados con la pulpa dental y los tejidos que rodean la raíz de un diente. Este procedimiento se lleva a cabo cuando la pulpa dental se infecta o se infecta debido a la caries profunda, una fractura en el diente o un traumatismo.
Durante la endodoncia, se realiza la remoción del tejido pulpar dañado, se desinfecta y se limpia cuidadosamente el conducto radicular, y posteriormente se rellena y sella para evitar la reinfección. El objetivo de este procedimiento es salvar el diente y aliviar el dolor, permitiendo que el paciente mantenga su dentadura natural y evite la extracción de la pieza dental afectada.
Cuando el diente tiene un solo conducto radicular. Estos son: los incisivos centrales, los laterales y los caninos, superiores e inferiores. Con los primeros y segundos premolares inferiores también se dan estos casos.
La endodoncia se hace en dientes con dos conductos radiculares. Es el caso de los molares inferiores en su raíz mesial y los segundos premolares superiores.
Los dientes cuentan con tres o más conductos radiculares. Es común que los molares superiores posean cuatro conductos radiculares.
El diagnóstico en endodoncia generalmente lo realiza un especialista en odontología endodoncia, que cuenta con la experiencia en el tratamiento de enfermedades y afecciones relacionadas con la pulpa dental y los tejidos periapicales.
El odontólogo utiliza diversas técnicas y herramientas para evaluar el estado de la pulpa dental, como radiografías, pruebas de sensibilidad, examen clínico y la historia dental del paciente.
De esa forma, pueden identificar y diagnosticar problemas endodónticos, determinar si es necesario adelantar un tratamiento y planificar el procedimiento adecuado para el paciente, asegurando así un enfoque preciso y eficiente para el cuidado bucal.
La principal causa de la infección pulpar es la existencia de caries, aunque también hay otros factores que pueden ocasionar inflamación igual a pulpitis o lesión de la pulpa, los cuales pueden ser:
Entre las causas físicas de la enfermedad pulpar están los traumatismos. Al ser la pulpa dental un tejido compuesto de vasos sanguíneos y nervios, es muy susceptible ante un golpe.
Una fisura, desplazamiento o fractura podrían hacer que las bacterias entren a la cavidad pulpar o que el tejido empiece a necrosar. En ocasiones la necrosis pulpar no es detectable a simple vista puesto que el diente se ve normal y no hay dolor.
Si en un procedimiento se requiere de un tallado profundo del diente, para la colocación posterior de coronas o puentes, la zona pulpar queda expuesta; lo que genera sensibilidad. En estos casos podría indicarse la endodoncia para favorecer el tratamiento.
Los dientes que han sido tratados de manera frecuente o tuvieron arreglos intensos, son propensos a sufrir debilidad pulpar; lo que amerita efectuar una endodoncia. Esto ocurre particularmente por procedimientos fallidos que han requerido repetirse.
El paciente puede presentar dolor en el área del diente y sensibilidad a temperaturas frías o cálidas de los alimentos; también al momento de la masticación e incluso, puede aparecer una fístula o cambiar de color.
Hay que tener muy presente que la cavidad pulpar está compuesta de nervios y tiene una parte superior en el interior de la corona y otra que conecta con el hueso maxilar. Por ello, cualquier lesión requiere la pronta evaluación de un profesional dental.
Todas aquellas enfermedades de las encías que causan infección de los tejidos gingivales y a la larga son causantes de la pérdida de dientes.
Las bacterias pueden filtrarse a la pulpa dental por grietas o roturas en el diente. La pulpa contiene nervios y vasos sanguíneos que de infectarse pueden causar un dolor agudo. Es por ello que el especialista evaluará recurrir a la endodoncia tratamiento o la extracción definitiva de la pieza dental.
Es importante que prestes atención a los siguientes síntomas si deseas tratar a tiempo un posible caso que requiera endodoncia:
Si la pulpa dental queda afectada de forma irreversible por caries profundas, lesiones endoperiodontales o traumatismos será necesario insensibilizar el diente para conservarlo. Esto significa que la endodoncia resolverá el problema sin necesidad de extraer la pieza dental.
El procedimiento de extracción del nervio o tejido pulpar necrótico también elimina bacterias del sistema de conductos radiculares, este pasa por varias fases que son:
A fin de proteger el material empleado para sellar el diente y minimizar los efectos del procedimiento, sigue estos consejos:
En el caso de la endodoncia la posibilidad de un procedimiento defectuoso es mínima. Sin embargo, se dan algunos casos y pueden ser por las siguientes causas:
Todo procedimiento médico conlleva riesgos, pero la endodoncia o tratamiento de conducto es un procedimiento bastante seguro.
Es normal que presentes algunos síntomas con la intervención del procedimiento de endodoncia antes y después, estos te los explicamos a continuación para que no te asustes:
En general, la recuperación total de un tratamiento de endodoncia puede requerir hasta dos semanas. Sin embargo, todo dependerá del origen de la afección pulpar y los tratamientos complementarios que pueda requerir el paciente.
Para entender mejor los diferentes escenarios, hay tres categorías en las que se pueden clasificar las endodoncias y son:
En general, la recuperación total de un tratamiento de endodoncia puede requerir hasta dos semanas. Sin embargo, todo dependerá del origen de la afección pulpar y los tratamientos complementarios que pueda requerir el paciente.
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Con la endodoncia puedes estar tranquilo, si bien mencionamos los riesgos, realmente el porcentaje de casos exitosos está prácticamente asegurado. Además, con los avances en el área cada vez es más preciso el proceso de tratamiento de conducto y no hay dolor.
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El tratamiento de conducto, también denominado endodoncia ("endo": dentro; "doncia": diente), es un conjunto de procedimientos diseñados para tratar problemas del tejido pulpar blando, que contiene dentro del diente los nervios y los vasos sanguíneos.
Los dientes que han sido tratados con una endodoncia pueden durar toda la vida si no se han producido complicaciones en el tratamiento y se ha realizado bien la reconstrucción.
Una vez finalizada la endodoncia es necesario reconstruir la estructura dental destruida por la caries. Esta reconstrucción puede variar dependiendo de la cantidad de estructura dental que queda en el diente tras haber limpiado la caries.
Además de prevenir posibles daños, evita que el diente sea más susceptible de fractura o rotura. Es cierto que no en todos los casos es necesario colocar una corona; solamente en aquellos en los que el diente haya sufrido un gran deterioro. Si el daño no es muy profundo, con realizar una reconstrucción bastará.
Mientras dure la anestesia, procura no morderte los labios y la lengua. El efecto de la anestesia desaparecerá tras 2-3 horas. Evita masticar chicle, comer alimentos duros o que se puedan adherir al diente. Puedes continuar cepillándote los dientes de forma normal, incluso en la zona tratada.
La endodoncia es un tratamiento que se realiza bajo anestesia local, por lo que no es dolorosa en absoluto. Quizá, la única incomodidad para el paciente es que es un tratamiento largo y deberá permanecer un buen rato con la boca abierta.